Nombre y Apellido
Omoi Kako
Apodos:
Sexo|Orientación:
Hombre heterosexual
Edad:
402 años y aparenta 26
Cargo|División:
Capitán 5ª división
Descripción Física:
Mide 1'83 m y pesa 80 kg. Tiene una constitución física musculada pero sin exagerar. Lleva el pelo castaño y revuelto, un poco menos de media melena. Sus ojos son marrones, grandes y rasgados. Su vestimenta es la de cualquier shinigami a excepción de las mangas. Su vestimenta es una toga negra sin mangas. También lleva una cinta en la frente de color rojo, sin prolongaciones ni nudos. En su hombro derecho se pueden apreciar unas 26 de líneas pequeñas. Son cicatrices. Cada una representa la muerte de uno de sus compañeros. No presenta más cicatrices. Siempre lleva su zampakuto en la cintura en la parte derecha. Es físicamente atractivo y siempre saca una sonrisa. Tiene una mirada penetrante pero cálida y cuando la junta con una sonrisa socarrona vuelve a las damas loquitas.
Descripción Psicológica:
Suele ser sarcástico y siempre tira a ser gracioso. Tiene una habilidad innata para detectar cualquier atisbo de mentira, puede ver a través de las palabras y de los sentimientos de la gente. Es inteligente y le gustan los acertijos y adivinanzas. Es ligeramente narcisista y siempre tiene una frase muy característica en este contexto. ''Si no te gustas a ti mismo, ¿entonces para qué vives?'' Trata a la gente casi por igual, a excepción de el capitán comandante. Suele ser muy directo con la gente, sobretodo con la gente que le reta. No soporta que nadie le menosprecie y si puede, se la devuelve pero no con palabras. Tiene fobia a las cosas que pudiese haber detrás de una puerta, es por eso que nunca le gusta estar solo en el edificio de su división. Odia dejar a sus compañeros tirados y solo ocurre esto si no hay más remedio. Es aficionado a la comunicación. No puede casi aguantar sin hablar con alguien un largo tiempo, con lo cual se pasa su tiempo libre en algún lugar recreativo donde pueda encontrar a algún amigo o conocido con quien hablar. Ama la cerveza y odia cualquier otra bebida alcohólica a excepción del sake. Aunque solo lo bebe en celebraciones especiales. Le intriga todo lo relacionado con su espada y siempre pregunta para saber cosas nuevas. Siempre le habla a su espada de ''san'', debido al gran respeto que le transmite.
Zanpakutö
Nombre de la Zanpakutö:
Rittai Saidan [Corte de dimensión]
Descripción de la Zanpakutö:
La vaina es negra y con brillo. No tiene ningún dibujo ni gravado ni cuerda. Nada, es solo una vaina negra. El mango de la espada es ligeramente más largo de lo normal (0'4 m). En ella se puede apreciar un trenzado, también de color negro. Su hoja es de unos 77 cm, de color blanquecino y el filo completamente blanco. La guarde es un ovoide de pequeño tamaño.
Descripción de la Zanpakutö (Materializada):
Rittai Saidan es una espada muy tranquila y meditabunda. No suele decir más palabras que las que cree conveniente y sus consejos son un tanto ambiguos. Hecho que a Omoi le encanta, porque así también puede entrenar la mente además de su cuerpo. Su aspecto físico es ligeramente más alto que Omoi y suele llevar una espada con él. Omoi y Saidan son buenos amigos y les encanta entrenar juntos, aunque a Saidan no le parece demasiado bien el que Omoi le pregunte a cada rato cosas sobre la espada.
Mundo Interno:
El mundo interno de Omoi en muy singular. Es un espacio oscuro y sin obstáculos, vacío. Para Omoi su Mundo Interno representa todo lo contrario a él. Con cada estado de ánimo, la oscuridad se vuelve más espesa o más tenue. Los estados absolutos son la felicidad, donde se pueden apreciar las siluetas y los colores de omoi y Saidan claramente, y la ira, donde la oscuridad cubre el lugar al completo. Los demás estados intermedios se acercan a cada extremo. Por ejemplo, con el odio, el mundo interno esta muy oscuro pero se puede ver algo, y con la diversión, se acerca a la felicidad absoluta pero no se ve igual de bien.
Shikai
Palabras de Liberación del Shikai:
Boke [Difumina]
Descripción del Shikai:
La espada se vuelve un mandoble de gran tamaño. La hoja mide 2'01 m de largo x 50 cm de ancho. El mango mide 50 cm y presenta una protuberancia en el centro. La hoja es negra con el filo blanco. La hoja también presenta una especie de símbolos rúnicos de color azul eléctrico. Para liberar el shikai, Omoi coloca su espada en su hombro y la blande muy lentamente diciendo muy calmado ''Boke, Rittai Saidan''.
Técnicas del Shikai:
-Surū [A través]: El shikai es capaz de atravesar cualquie cosa, como si no pasara nada. La espada se vuelve intangible.
-Ejji [Filo]: El shikai vuelve a ser tangible.
Bankai
Nombre del Bankai:
Setsudanmen [Cortadora de planos]
Descripción del Bankai:
Al activar el Bankai, sus ropas cambian
Su espada se mantiene igual a excepcion de las runas. Esta vez cubren más espacio en la hoja y el filo se vuelve, en vez de blanco, de color azul flameante que emana. En su mano derecha aparece una garra en forma de guantelete cuyas puntas son iguales al filo de la espada, emana dicho color de ellas.
Técnicas del Bankai:
-Ido [Desplaza]: Todo lo que toque el filo de la espada viaja al mundo interno de la espada (Solo cosas de 2 m, ya sea una pierna de esa longitud o un ser entero).
-Rippu [Desgarra]: Todo lo que toquen las puntas de los dedos del guantelete viajan al mundo interno de la espada. (Solo cosas de 2 m max., ya sea una pierna de esa longitud o un ser entero).
-Gēto [Portón]: Forma un círculo de un metro de radio en el aire y esa porción se vuelve de color azul electrico. Esa figura atrae cualquier cosa por los dos lados y lo envía al mundo interno.
General
~ Zanjutsu:
nivel 10
~ Hakuda:
nivel 10
~ Hohö:
nivel 10
Kidö
~ Hadö:
nivel 18
~ Bakudö:
nivel 18
~ Kidö Curativo:
nivel 18
Historia:
Omoi fue encontrado en el distrito 79 Norte del Rukongai (Kusajishi). Los niños que le encontraron habían formado una especie de familia. Omoi estaba hambriento y desorientado. Los chicos tenían una casa, construida por ellos mismos como se podía apreciar debido a que presentaba grandes fallos arquitectónicos, cerca de un mercado en dicho distrito. Omoi se levanto a la mañana siguiente y, delante de sus ojos recién abiertos, se encontró en sus narices a una bella niña de más o menos su edad aparente. Omoi dio un brinco y se alejó de la niña. Ésta le preguntó si quería comer una manzana o algo, a lo que respondió el chico con una sonrisa. La niña se ruborizó y lanzándole la manzana al niño salió corriendo. Al cabo de un tiempo, Omoi y los demás niños crecían y, poco a poco, Omoi se daba más cuenta de que todos esos niños, al igual que él, poseían algo de poder espiritual. Al cabo de unas decenas de años, un par de shinigamis que pasaban por la zona se acercaron a la casa. Justamente en ese momento, Marui, la bella chica de la que Omoi se había enamorado, hizo aparecer una gran bola de reiatsu de su mano. Los dos shinigamis lo presenciaron y, al unísono tras hacer desaparecer la bola, todos los niños también lo hicieron. A los pocos días, todos y cada uno de esos niños acabaron por entrar a la academia del Gotei 13. Dentro de la academia, Omoi fue un gran fan del Kido, epecialmente del Hado. Un día mientras estaban de descanso todos se reunieron. Tras horas hablando unos con otros y otros con unos, Omoi, intentando hacer una broma, lanzó al aire que se iba a tatuar algo que le pudiese recordar que pertenece a esa gran familia. Todos le miraron y, con gran sorpresa de Omoi, se le abalanzaron y le abrazaron. Hicieron la promesa de que, cuando se graduasen, se iban a tatuar un símbolo hecho entre todos. Los días de la academia pasaban y Omoi, el día de su 101 cumpleaños y con un aspecto más de adolescente, tuvo que enfrentarse a uno de sus amigos en una práctica. Omoi era bueno con el kido y no dejaba de lado el zanjutsu, con lo cual era uno de los que más posibilidades tenían de salir pronto de la academia. Bueno, siguiendo con lo anteriormente mencionado, Omoi tuvo que enfrentarse a uno de sus hermanos. La pelea no duró demasiado, Omoi derroto a tu amigo y hermano antes de que el pobre chico se diera cuenta. El chico se llamaba Chosen. Tras tal derrota humillante, salió corriendo del recinto como un perrito faldero. ninguno se podía creer lo que acababa de pasar. Chosen juró que se vengaría de su hermano por tal humillación y comenzó a distanciarse cada día más y más. El día de la graduación, todos estaban presentes y expectantes con lo que iba a pasar a continuación. Todos salvo Omoi, Marui y Chosen, los cuales fueron los más aventajados de esa promoción. Al poco se presentó quién iba a ser su último examinador y ayudante. Se decidió que, como era una promoción muy extensa, iban a realizar una vigilancia en un pueblo humano. Todos se emocionaron al oir dicha afirmación y al cabo de unos minutos todos habían llegado al pueblo. Cada grupo de tres tenía asignada una zona y no debían dejar dicha zona sin vigilar. Al grupo de Omoi le tocó la vigilia de un pequeño parque a las afueras. Pasaban las horas y allí no pasaba nada. Omoi y Marui se tiraron la mayor parte del tiempo hablando entre ellos. Chosen, tras haberse distanciado del grupo, ya no hablaba a casi nadie y menos a Omoi. Chosen se acercó a Omoi y, de una patada, interrumpió la conversación y lanzó a Omoi a gran distancia. Omoi se levantó y le gritó a Chosen que qué demonios hacía. Chosen desenvainó la espada y se lanzó contra Omoi. Omoi no podía creer lo que estaba presenciando. Ya no era una simple rivalidad, aquella rivalidad de chiquillos se convirtió en odio. Omoi vio el odio en sus ojos y, casi sin tiempo, apuntó a su compañero y dijo ''Shō''. En ese momento, Chosen salió disparado hacia atrás. Cuando calló al suelo, se volvió a levantar y se abalanzó contra Omoi. Éste volvió a apuntar a su amigo y dijo ''Hainawa''. Una cuerda de luz se dirigió a gran velocidad contra Chosen y le ató para que no pudiese hacer nada. El pobre chico maniatado, de la impotencia que sentía por no poder hacer frente a su captor, a pesar de que aquellos tres alumnos eran los más aventajados en relación con el resto, lanzó un gritó que se oyó en todo el pueblo. Gracias a eso, un gran número de Hollows apareció, unos 30. Omoi soltó a su compañero de sus ataduras para que les ayudase en su empresa pero, en vez de eso, Omoi vio como se marchaba y desaparecía en la oscuridad de la noche. No se lo podían creer, les había dejado tirados frente a tal magnitud de enemigos. Omoi echo mano de su espada y la chica hizo lo mismo. Entre los dos eran capaces de derrotar a un gran número de enemigo pero algún golpe les caía. Omoi derroto a unos 15 y Marui a unos 7. Los últimos que quedaban eran más poderosos que con quienes acababan de combatir y no solo por su fuerza, sino porque los dos shinigamis estaban exhaustos. La pelea se alargó más de media hora y Omoi no era capaz de entender por qué no habían llegado refuerzos. Tan solo quedaban dos Hollows, uno de gran tamaño y otro más pequeño pero mucho más rápido. Marui estaba ya en las últimas y el rápido se dirigió contra ella y Omoi tuvo que presenciar la peor imagen imaginable. Marui siendo atravesada por el Hollow. La cara de la chica pasó de un dolor penetrante, al vacío. Sus ojos transmitían el mismísimo vacío. Omoi perdió la cordura y acabó por invocar su shikai. Aquel mandoble vengó parte de su angustia cuando decapitó al grande y, casi al instante, al pequeño. Tras esto, se tiró al suelo exhausto y mirando aún a su arma dijo: ''Nunca me abandonarás como ellos, ¿verdad?'' Se levantó en la cama de un hospital. Su zampakuto estaba al lado de la cama y, al otro lado, había una precisa enfermera junto al que por entonces era el capitán de la 5ª División. El capital felicitó al chaval y le explicó el desenlace de aquel día. Todos a excepción de él y un chico al que él no conocía de nada habían muerto. Le dijeron que aquel chico vio a quién parecía Chosen atacando a todos y cada uno de los shinigamis que se intentaban acercar al lugar. Atacaba incluso a sus propios hermanos. La pelea acabó con todos los alumnos a excepción de uno que se pudo esconder, el que narraba la historia, muertos. Pudo ver, a continuación, como un Hollow acabó con él debido a que ya no podía más y se lo comió. Tras unos días en el hospital, pasó a formar parte de la 5ª división. El tiempo pasó y cada año tenía más y más renombre dentro de la división hasta conseguir el 3er puesto de oficial a sus 259 años. En ese momento decidió que no había cumplido su promesa con su familia. Cogió su espada y se hizo 19 cortes similares en su hombro derecho como homenaje por lo que ellos hicieron por él. A sus 280 años ascendió a Teniente y ya era capaz de usar el shikai al 100% de su poder y, le preguntó a su arma para aprender a usar el bankai. Saidan siempre le respondía con un acertijo. Por eso sería que tardo ni más ni menos 100 años en dominarlo. Los primeros años de entrenamiento solo había descifrado el nombre del bankai y al cabo de 40 años consiguió cambiar su shikai por su bankai, aunque aún no sabía que era lo que podía hacer con él. Pasaban los años en su mundo interno y seguía sin descifrar nada nuevo, hasta que un día y por pura suerte, descifro el acertijo para encontrar la primera palabra para uno de las técnicas. ''Ido'' era la palabra correcta. Era el comando para realizar la primera de las técnicas y consistía en que el tocaba con el filo azul de su mandoble cualquier objeto y ese objeto, al principio, desaparecía. Omoi se quedó asombrado con ello y le preguntó a Saidan que qué acaba de pasar. Como siempre, otro acertijo salió de su boca y Omoi, ésta vez, lo acertó a la primera. Se dirigió a su mundo interno y era cierto, aquel objeto había aparecido allí. Mientras aprendía cosas nuevas sobre su bankai también realizaba misiones y, en algunas perdía a algún compañero y se hacía otro corte simbolizando lo mismo que con su familia. El capitán de la 5ª era un hombre simpático y con gran corazón. Siempre ayudaba a sus camaradas, fuesen soldados rasos o cualquier otro capitán que le pidiese ayuda o, simplemente, consejo. Tras 70 años de entrenamiento con el bankai ya dominaba casi el bankai al completo, podía transportar cualquier cosa a su mundo interno, tanto con la espada como con el guantelete de su mano derecha. Un día de ese año, dos arrancar atacaron a unos shinigamis rasos que estaba de vigilancia en un pueblo de la zona. Se mandaron como refuerzo a los tenientes de la octava y de la quinta y a un capitán. Era el capitán de la quinta, el capitán de Omoi. Era la primera vez que vería esa espada en acción. Los arrancar eran, uno de gran tamaño y con grandes músculos y, a otro más pequeño y con aspecto de moverse a grandes velocidades. Omoi se sentía raro. Aquellos arrancar tenían el cuello cosido y le sonaban de algo. Por ese entonces, Omoi ya tenía 24 cicatrices en su hombro y cada una tenía grabado el sentimiento y, para Omoi, el alma de esos compañeros. La lucha inició y el teniente de la octava se enfrentó junto a Omoi al grande. Ambos activaron sus shikais y usaron varios kido pero no parecían hacerle ningún rasguño. Rittai Saidan era la única que le hacía algo a ese monstruo debido a que es imbloqueable y aquel gigantón se comía cada ataque de Omoi. Aún así no veían la victoria al alcance y tuvieron que tirar de hados de alto nivel. El Teniente de la octava hacía de cebo mientras que Omoi realizaba el canto del Hado nº 88. Al terminar aquel recital se oyó: ''Shiryū Gekizoku Shintenraihō'' y una enorme cantidad de energía se dirigió hacia el arrancar impactándole en toda la cara. Aquel arrancar debía estar muerto pero se seguía moviendo. No se lo podían creer pero el arrancar atacó por sorpresa al teniente de la 8ª, golpeándole en la nuca y lanzándole a gran distancia. Aquel cuerpo inerte no se movía ni un solo milímetro. Había muerto en el acto. Solo quedaban el capitán, el cual también estaba pasando apuros contra su arrancar y, el otro que quedaba era Omoi, aunque éste lo tenía más fácil. Activó el bankai y, con la técnica ''Ido'' golpeó el brazo derecho del arrancar y, para sorpresa del shinigami, solamente el brazo había desaparecido. Atacó a su enemigo hasta descuartizarlo. Omoi acabó bien su combate pero su capitán no corría la misma suerte. Su bankai se basaba en un humo el cual era espeso si tocaba algo que no fuera su dueño. A pesar de tener un gran bankai, su adversario era muy rápido y usaba ''bala'' para abrirse camino y así golpear al shinigami. Omoi no podía ni acercarse debido al humo con lo cual miró sin poder hacer nada como el arrancar le quitaba la cabeza a su capitán y la lanzó contra el único shinigami con vida en ese lugar. Omoi estalló en rabia, ira y odio y se lanzó contra su rival. Omoi lanzó un golpe con su espada, pero su rival lo esquivó y le lanzó un ''cero''. El shinigami puso su mano delante y el ''cero'' desapareció progresivamente hasta no quedar nada. El arrancar, creyendo que lo que acababa de hacer era anular el cero, se lanzó en un ataque contra el shinigami. Omoi contraatacó con su espada y, en el momento del contacto, desapareció por completo. Dentro luchó Saidan, debido a que es su mundo y son sus reglas, el arrancar no tuvo opción contra aquella materialización de la espada. Omoi se tiró al suelo de rodillas, con la mirada perdida en el infinito. Su capitán había sido decapitado delante de sus ojos. Cogió la espada sellada de nuevo y se hizo un corte en el hombro. Aquel que había sido su maestro ya no estaba. Abrió la puerta hacia la Sociedad de las almas y salió del lugar. Dio un reporte de la misión y se tomó unos días para reflexionar sobre que haría a partir de ahora. Tras 100 años de entrenamiento, Saidan le explicó que ya nada podría mejorar y que ya le había enseñado todo lo que pudo. También fue el encargado de la 5ª división mientras estaban sin capitán hasta que le promocionaron a capitán tras realizar exitosamente su examen para ello. El examen consistía en la realización de varios kido si canto y en la explicación de como era su bankai, a parte de una serie de pruebas físicas que, como futuro capitán , debía estar en forma por si se encontraba en un conflicto, debía proteger a sus compañeros en vez de que estos le protejan a él. Lleva 22 años siendo el capitán de dicha división y siempre tiene una sonrisa en la cara. En sus años como capitán a realizado pocas misiones, debido a que su anterior teniente y sus oficiales se las podían arreglar solos contra unos simples Hollows. La presencia de arrancars o cualquier otro enemigo no se apreció salvo los típicos Hollows de pueblo. Omoi se pasa más tiempo en los bares que en su puesto, hecho que disgustó a su anterior teniente. Aquel teniente falleció en una trágica emboscada realizada por un grupo numeroso de Hollows. La misión se basaba en hacer de mensajero entre la Sociedad de las Almas y un grupo de la división 9 en una misión de investigación sobre una alta concentración de energía espiritual. El teniente estaba apuntando la información para luego llevarla a la división cuando, en un instante, una emboscada de más de 100 Hollows se abalanzó sobre ellos. 10 contra 100, no era ni mucho ni poco pero debías estar atento de todo a tu alrededor porque un descuido podría significar y significó que uno de los de aquella división 9 le atravesó el pecho con su espada debido a que el shinigami se lanzó contra uno de los Hollows y éste le esquivó y la estocada fue mortal. Al final esa misión se llevó a cabo, pero con la baja de un Teniente. Él ue la cicatriz nº 26. El nuevo teniente elegido expresamente por el capitán Omoi y el capitán son buenos camaradas.
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Es zurdo
Tema: Ejemplo para los capitanes 
Lun Ago 18, 2014 2:40 pm
